lunes, 10 de septiembre de 2012

MONUENTO A MORET


Antigua ubicación con pedestal y rejas desaparecidas.
    Hablar de Segismundo Moret y Predergast, es hablar de la Historia reciente de Cádiz. Nacido en esta ciudad en el año 1838 llegó a ser Diputado, partícipe en la redacción de la Constitución del 69 tras el derrocamiento de la reina Isabel, Ministro del General Prim y Amadeo de Saboya, miembro del partido liberal de Sagasta y sobre todo gran orador y amigo del Alcalde liberal Cayatono del Toro y Quartiellers, pero del que se recuerda por encima de todo en Cádiz la intercesión prestada desde Madrid para conseguir la autorización del derribo de las murallas de Cádiz. Por esta razón y para su agradecimiento, quisieron el Alcalde y los gaditanos reconocerle esa labor perpetuando su figura en un monumento, obra del artista catalán Agustín Querol que se colocaría e inauguraría en 1909 frente a la recién derribada Puerta del Mar, en la Plaza de San Juan de Dios. El monumento labrado en mármol, consta de un primer cuerpo escalonado y rodeado por una verja de bellísima factura (hoy ambos perdidos), un segundo cuerpo o fuste con una parte central esculpida con motivos alegóricos de sus cualidades de medio y alto-relieves en bronce con sus respectivas inscripciones en cada lado "Patriotismo - Libertad - Lealtad - Elocuencia" y una cartela en mármol en la base de su cara frontal con la inscripción que dice "Cádiz a Moret". A la espalda, puede leerse otra inscripción: "Este monumento fue erigido por suscripción popular iniciada por el Excelentísimo Ayuntamiento a propuesta de su Alcalde Presidente Excmo. e Ilmo. Sr. Don Cayetano del Toro y Quartiellers. Año 1906" En el último cuerpo y sobre un pequeño pedestal se encuentra su imagen en bronce que ataviada con una larga gabardina se levanta de su sillón y manteniendo una postura relajada con su pierna derecha soportando el peso y brazos entrecruzados mira atentamente al nuevo horizonte que el derribo de las murallas han dejado al descubierto para los gaditanos.
   Después de casi sesenta años de exilio a la Plaza de Sevilla, el monumento vuelve a su emplazamiento original en la plaza de San Juan de Dios, como parte importante en su remodelación con motivo de la celebración del segundo centenario de la Constitución de 1812. Dos alargadas fuentes dispuestas seguidamente ante él y a ras de suelo dan ahora alegría y color con un juego de luces que embellece aún más esta plaza cargada de historia. “Plaza de la Corredera de las Águilas”, “de la Corredera” a secas, “Plaza Real”, “de Armas”, “de la Misericordia” o “de Isabel II” como antaño se hizo llamar. Plaza abierta a la ciudad desde el siglo XVI fuera del entonces recinto amurallado medieval, y elegida desde entonces para ubicar en ella el Ayuntamiento de la ciudad. Terrenos ganados al mar de lo que pudo ser en tiempos fenicios el Canal Bahía-Caleta, utilizado como mercado en el siglo XVIII, como plaza de toros y lamentable lugar de ejecuciones públicas a la que no llegó vivo el General Francisco Solano.   
    Como curiosidad a esta plaza y a la ubicación del Monumento que nos ocupa podemos añadir, que muchos recuerdan el recién acabado exilio, el monolito al Cádiz trimilenario retirado de la misma, pero pocos conocen la existencia de otra fuente, al parecer hoy guardada en el Ayuntamiento, que existía desde 1644, en el mismo lugar, frente a la antigua Puerta del Mar. Labrada en mármol, tenía incluso una estatua de Hércules que luego fue trasladada al paseo de la Alameda y que debió ser de baja calidad a tenor del dicho popular al que dio origen que decía “vulgar, más feo que el figurón que está en el paseo”