sábado, 28 de abril de 2007

BIOGRAFIAS: SALVOCHEA

Fermín Salvochea y Álvarez


Fermín Salvochea y Álvarez nace en Cádiz, en la plaza de las viudas nº 32, el 1 de marzo de 1842. Hijo de Fermín Salvochea Terry (rico comerciante) y María del Pilar Álvarez (prima de Juan Álvarez Mendizábal). Se bautizó al día siguiente en la misma iglesia en la que se casaron sus padres un año antes; San Antonio. Con 15 años sus padres lo mandan a Inglaterra para estudiar inglés y teorías mercantiles y económicas. Allí conoció las ideas radicales, intelectuales, progresistas y humanistas que marcarán su ideología. Con 21 años de edad vuelve a Cádiz y enseguida entró en contacto con los grupos más progresistas y revolucionarios gaditanos. El 1868 forma parte de la llamada “Gloriosa” junto a Paúl y Angulo que acabó con el destronamiento de la reina Isabel. Luego, se pondrá al frente de los llamados Voluntarios de la Libertad de Cádiz como jefe del mismo en los tristes sucesos del 68 siendo por ello encarcelado. Al salir de la cárcel, organiza partidas armadas contra el gobierno en la Sierra de Cádiz, siendo derrotadas por las tropas gubernamentales, por lo que se refugia en Gibraltar. En 1871, gracias a la amnistía promulgada por Amadeo de Saboya, regresa a Cádiz. En el 73, al proclamarse la República en España, fue elegido Alcalde de Cádiz. Luego acaudilló el Cantón de Cádiz, por lo que será condenado a cadena perpetua. En 1883 el Ayuntamiento, consigue un indulto al que renunciará negándose a recuperar su libertad como favor y no como reparación de justicia escapándose a Marruecos. Al morir Alfonso XII, es nuevamente amnistiado, y vuelve a Cádiz, donde funda el periódico El Socialista. Implicado en los juicios de la Mano Negra, vuelve a ser encarcelado, pero recupera pronto la libertad, participando en la huelga general de 1902 y en actividades anarquistas en Madrid.Fallece el 28 de septiembre de 1907 careciendo de toda clase de bienes de fortuna y donó su cuerpo a la facultad de Medicina. Su entierro fue muy sentido por los gaditanos. Al pasar el cortejo por San Juan de Dios, empezó a llover a cántaros. La madre exclamó ¡Hasta el cielo llora la muerte de mi hijo! El alcalde Martínez de Pinillos ordenó refugiar su féretro en el interior del Ayuntamiento diciendo “Esta es su casa. Que no salga hasta que no cese la lluvia”. Se le dio sepultura en el cementerio de San José, en un nicho, y no en la fosa común para poder hacer entrega, dentro de unos años, de su esqueleto a la Facultad de Medicina