Arqueología funeraria en Cádiz
(...)Los restos funerarios nos aportan muchísimos datos como cronologías, modas imperantes del momento, estatus del difunto por la variedad y/o calidad de los ajuares en ellos encontrados, y por tanto características acerca de la estratificación social, ritos funerarios
(...) Hay que decir que a partir del siglo VI a.C mas o menos, el rito predominante va a ser la inhumación en tumbas de sillería ostionera en fosa como se pudo comprobar en las excavaciones que se efectuaron en la plaza de Asdrúbal, Tolosa Latour etc... La Necrópolis púnica rebasa con creces los límites de la anterior fenicia tanto por el norte como por el sur. Los enterramientos de las Necrópolis púnicas presentaban con frecuencia ajuares como huevos de avestruz pintados con una decoración de motivos muy variados (forma de máscara, vasijas etc...) evidenciando la clara influencia ejercida ahora por el mundo púnico desde el norte de África por ser ésta peculiar “materia prima” abundantísima en dicho continente documentándose igualmente muchos ajuares de huevos de avestruz al otro lado del Estrecho. Estos peculiares ajuares se introducían en las tumbas para asegurar de alguna forma la pervivencia del difunto en el mas allá o quizás para favorecer la vuelta a la vida del difunto ya que estos huevos estaban considerados como la semilla de la vida.
Esta relación entre Cartago y Gadir no significa que las relaciones con Oriente se detuviesen. En el Museo de Cádiz, se encuentra una selección de los objetos encontrados en los distintos yacimientos (...) pero sin lugar a dudas las piezas mas valoradas de todo el edificio son los dos sarcófagos púnicos antropomorfos. Uno por ser el primero en encontrarse y que dio pie a la creación del mismo museo y el otro, por encontrarse mejor conservado que el anterior y presentar unas suaves decoraciones perfectamente ejecutadas y de gran belleza. El primero de ellos lleva esculpido en la tapadera frontal del sarcófago una yaciente figura masculina barbada y con claros rasgos orientalizantes. El representado sostiene en su brazo izquierdo una granada mientras que el derecho se halla extendido agarrando una corona de hojas pintada, no conservada en la actualidad. Fue hallado a finales del siglo XIX, concretamente en 1887 en los terrenos de Punta de Vaca, cuando se estaba llevando a cabo unos trabajos de rellenos y allanamientos del terreno con el objetivo de ubicar en este espacio los primitivos astilleros de Vea- Murguía. (aquí en realidad debe decir: " para ubicar en este espacio una Exposición Marítima, junto a los primitivos astilleros de Vea-Murguía") Se hallaron tres enterramientos o tumbas con sillares en uno de los cuales, en su interior, se encontraba este sarcófago antropomorfo marmóreo. Este tipo de sarcófagos son muy poco usuales lo que iba a servir de apoyo para aquellos que defendían la teoría de la supremacía de Gadir en Occidente y la continuidad de las relaciones con tierras Sirio-Palestinas. Sabemos, que al otro lado del Mediterráneo, se encuentran algunos sarcófagos de increíble parecido, por lo que se cree que éstos hallados en Cádiz fueron salidos bien de los entonces famosos talleres de Sidón o Biblos, o por lo menos haber sido labrados por algún artista buen conocedor de lo que al otro lado del Mediterráneo se imponía por moda. Así se pone de manifiesto la continuidad de las relaciones entre Gadir y la costa Sirio-Palestina en el siglo VI, en este caso con Sidón, después de la caída de Tiro (...) El hecho de labrarse en la tapadera la figura del difunto recuerda la creencia egipcia de que la supervivencia tras la muerte se le asegura al difunto inmortalizando de alguna manera su rostro en materiales duraderos como en este caso, el mármol; algo que por el contacto establecido con éstos egipcios sabían muy bien los sidonios, expertos en este tipo de fabricaciones funerarias. Los arqueólogos empiezan entonces a formularse preguntas y mas preguntas sobre la persona que ahí se encontraba enterrada. ¿quién fue?, ¿por qué ese enterramiento tan diferenciado de los hasta ahora encontrados? ¿era un rey?, ¿pertenecía quizás a una importante oligarquía asentada en Gadir?, etc...
A partir de 1979 se intenta desde el consistorio gaditano asegurar el estudio arqueológico de nuestro subsuelo no concediendo ninguna licencia de obra de ningún solar, hasta que éste no haya sido estudiado. Sólo un año más tarde y casi un siglo después del importante hallazgo de Punta de Vaca, en 1980 se encuentra otro sarcófago antropoide esta vez femenino en la calle Ruiz de Alda, en un antiguo solar del Chalet de Pelayo Quintero Atauri; uno de los arqueólogos implicados en la excavación (hay que aclarar que Quintero Atauri había estado implicado en la búsqueda de un segundo sarcófago, pero no en esta excavación en la que se encontró, porque murió antes de producirse el descubrimiento). Este nuevo hallazgo hace creer en las posibilidades de que bajo nuestro suelo se encuentren mas sarcófagos similares y nuevos vestigios que aporten nuevas pistas que ayuden a conformar este complejo rompecabezas.
(...)
Extractos del artículo publicado en la revista Ubi Sunt? nº 20 de 2006